La despedida de Sócrates

Tan amarga como la hiel

Eterna, poderosa y ardiente cicuta

Tan olorosa como la miel

Imploro, no temo tu ardor 

Esperas cumplir tu fatal cometido

Entre tus brazos siento el amor

Atenas te amo y perdono 

Tu luz, ignorancia y desdén 

¿Te has preguntado por qué?

Critias tirano, hoy te abandono

¿Tus leyes inocuas para quién?

Entre tus brazos no me desmorono

Platón no me llores

Hoy no estás aquí

Critón me implora desistir

Cerca de ti viajaré

la muerte evito resistir

Entre tus brazos pronto estaré

Tánatos se acerca sigiloso

Despreocupado, solo y sombrío

Buscando atraerme y abrazarme

Sus ojos seducen fríos

Gélidos, eternos se traducen

Entre tus brazos feliz sonrío